lunes, 1 de noviembre de 2010

El acabose, Nieves Concostrina, Miguel Hernández y nuestro amigo Jósant

El programa de radio No es un día cualquiera, dedicó el pasado  sábado la colaboración de Nieves Concostrina en la sección El acabose, al centenario del nacimiento Miguel Hernández. Una de las fuentes primordiales fue la de nuestro compañero y amigo Jósant.



Aquí os dejo el enlace al podcast. Muy interesante la información exclusiva obtenida mediante la entrevista a Josefina Manresa -la viuda de Miguel Hernández- realizada por Jósant. Entre otras cosas nos enteramos que el poeta fue enterrado "como un cura". Enhorabuena Jósant.

Centenario de Miguel Hernández en No es un día cualquiera

"Libre soy, siénteme libre, sólo por amor"

Aunque bajo la tierra mi amante cuerpo esté,
escríbeme a la tierra que yo te escribiré"

Día de difuntos

Dos clásicos románticos para leer en el Día de Difuntos, Larra y Bécquer. Buen mes de noviembre a todos


Lectura: El monte de las ánimas

"El aire azotaba los vidrios del balcón; el agua de la fuente lejana caía y caía con un rumor eterno y monótono; los ladridos de los perros se dilataban en las ráfagas del aire, y las campanas de la ciudad de Soria, unas cerca, otras distantes, doblaban tristemente por las ánimas de los difuntos.

Así pasó una hora, dos, la noche, un siglo, porque la noche aquella pareció eterna a Beatriz. Al fin despuntó la aurora; vuelta de su temor, entreabrió los ojos a los primeros rayos de la luz. Después de una noche de insomnio y de terrores, ¡es tan hermosa la luz clara y blanca del día! Separó las cortinas de seda del lecho, y ya se disponía a reírse de sus temores pasados cuando de repente un sudor frío cubrió su cuerpo, sus ojos se desencajaron y una palidez mortal decoloró sus mejillas: sobre el reclinatorio había visto, sangrienta y desgarrada, la banda azul que perdiera en el monte, la banda azul que fue a buscar Alonso.

Cuando sus servidores llegaron despavoridos a noticiarle la muerte del primogénito de Alcudiel, que a la mañana había aparecido devorado por los lobos entre las malezas del Monte de las Ánimas, la encontraron inmóvil, crispada, asida con ambas manos a una de las columnas de ébano del lecho, desencajados los ojos, entreabierta la boca, blancos los labios, rígidos los miembros: muerta, ¡muerta de horror!"





Lectura: El día de difuntos de 1836

"Una nube sombría lo envolvió todo. Era la noche. El frío de la noche helaba mis venas. Quise salir violentamente del horrible cementerio. Quise refugiarme en mi propio corazón, lleno no ha mucho de vida, de ilusiones, de deseos.
¡Santo cielo! También otro cementerio. Mi corazón no es más que otro sepulcro. ¿Qué dice? Leamos. ¿Quién ha muerto en él? ¡Espantoso letrero! ¡Aquí yace la  esperanza!
¡Silencio, silencio! "


Audiolibro: Fígaro en el cementerio
Rafael Taibo  pone voz a Larra