sábado, 4 de diciembre de 2010

A propósito del Informe PISA y de la cultura sin cultura

La escuela se instala en la mediocridad

Un país, dos escuelas

Las claves del éxito asiático

El Instituto marca la diferencia

Suspenso en Pisa

Estancamiento de la educación

Traigo aquí una reflexión que aparece en un artículo de catedrático Tomás Recio sobre la importancia que se da al Informe PISA, el  estudio de la OCDE que mide cada tres años los conocimientos de los alumnos de 15 años en matemáticas, ciencias y lectura y que será hecho público en breve:

"El que la sociedad conceda a las evaluaciones, por su impacto mediático, una importancia desmedida puede significar, a la larga, un cambio sutil, pero importante, en los objetivos de la escuela. Como ha señalado ya hace una decena de años M. W. Apple al analizar el creciente papel de la economía de mercado en el sistema educativo, uno de los peligros que acechan cada tres años, con la llegada de los informes PISA, es poner el acento en la evaluación antes que en la educación. En medir el rendimiento del estudiante más que en atender las necesidades del mismo. En lo que el estudiante pueda hacer para prestigiar la escuela, más que en lo que la escuela pueda hacer para mejorar al estudiante".

La pregunta que se desprende es: ¿Puede  el oscuro mercado endiosado tener  la última palabra en un aspecto tan esencial como es, en el caso que nos ocupa, la educación?

Resulta que en el último informe, el país que mejor resultado ha obtenido es Corea del Sur. Aunque el "milagro coreano" parece que se explica por las diez horas diarias que lo estudiantes dedican al estudio.  La provincia de Shanghai obtiene también unos resultados altísimos. El futuro viaja del norte a oriente.

En cuanto a los resultados del informe, lo único que se me ocurre es recordar algunos principios que deben guiar las decisiones que se deben adoptar para mejorar nuestro sistema educativo:

Reforzar una igualdad de oportunidad que venga acompañada de la valoración del mérito y el trabajo

Sumar lo mejor de la antigua y de  la nueva escuela: la autoridad, la disciplina y  el esfuerzo junto a libertad, la flexibilidad, la atención individualizada a la diversidad, los contenidos clásicos con los procedimientos, habilidades, competetencias  y valores acordes con los principios democráticos y solidarios de nuestro tiempo

La memoria debe convivir con la creatividad y el razonamiento lógico; la palabra  con la imagen, la lectura y la escritura  (expresión oral y escrita) con las posibilidades de Internet, las pantallas y los videojuegos; los libros y cuadernos con las pizarras digitales, ordenadores y tablets. las aulas presenciales con las virtuales.

Atender en profundidad a los estudiantes con dificultades y problemas de aprendizaje o integración social por diferentes motivos sin olvidar las necesidades de superación y aprovechyamiento de los buenos alumnos en todas sus dimensiones educativas

Reconocer la importancia esencial de la labor educativa y docente a nivel social  exigiendo  formación, cualificación, actualización y eficacia al profesorado a cambio de dignidad salarial, reconocimiento y respeto social.

Potenciar el aprendizaje de idiomas y  nuevas tecnologías sin olvidar que son herramientas  (y no un fin absoluto en sí mismo) para aprender los saberes necesarios de la cultura, la ciencia y enriquecer las competencias para la vida...Es decir evitar crear ciudadanos bilingües e internautas  informatizados pero ignorantes, maleducados y acríticos

Tender hacia un sistema educativo que más allá de la información  persiga la sociedad del conocimiento formando ciudadanos, profesionales e investigadores
Pues todo esto entre otras cosas como por ejemplo, que los que decidan sobre las medidas educativas sean los que tienen una experiencia directa y contrastada en el aula y no burócratas o teóricos sin conocimiento de causa, alejados de la realidad de la vida diaria y de las necesidades de los verdaderos protagonistas, estudiantes  y profesores.

Que así sea. 




Entrevista:

La educación del futuro en Redes. Punset entrevista a Marc Prensky, un experto en la educación del futuro




En la prensa:

Aurea mediocritas

"Somos igualitarios, tal vez por tratar bien a los peores alumnos y muy mal a los mejores"

España a 12 puntos de la media de la OCDE

Preguntas y respuestas sobre el informe PISA

El Informe PISA 2009

El informe PISA como arma contra el sistema educativo de Tomás Recio

Entrevista a Andreas Scheleicher responsable del Informe PISA en la OCDE

Después de la revolución tecnológica, la creativa

La cultura sin cultura de César Antonio Molina


Libro recomendado:


La cultura-mundo, de Gilles Lipovetsky y Jean Serroy (Anagrama 2010, traducción de Promoteo-Moya)


















Cine y educación. 

La educación vista por el cine

Las cien mejores películas sobre educación


Últimos filmes para reflexionar sobre la educación en el cine

Neds (Peter Mullan, 2010)




An Education (Lone Scherfi, 2009)



 We are the people we´re been waiting for  (Somos la gente que estabamos esperando, Daryl Goodrich, 2009)




Waiting for superman (Davis Guggenheim, 2010)




Y poesía en la aulas

Actuación del humorista Miguel Gila, que interpreta ’La escuela’


Desmemorias de África

En la novela  1984 -escrita en 1948- George Orwell describe una desoladora distopía que retrata  una sociedad sometida a un régimen totalitario que aplasta cualquier libertad individual. El protagonista Smith Winston trabaja en el Ministerio de la Verdad construyendo el pasado según las necesidades de propaganda del partido omnipresente y del Gran Hermano que todo lo domina.  El contexto histórico de la obra nos remite a la crítica concreta del estalinismo y en general a los totalitarismos que reescriben y manipulan pasado y presente.
Ese afán de  revisar el pasado no con afán de búsqueda de la verdad sino como justificación de los poderes e intereses  de cada momento, es una práctica extendida por la mayor parte de los regímenes políticos actuales -sea por motivos políticos, económicos o de reivindicación nacionalista- que pretenden eliminar de la historia del siglo XX los episodios más vergonzantes.


Fotograma de  1984 (Michael Radford, 1984)


"La literatura, con sus ficciones, suele ser paradójicamente el último refugio de la verdad cuando la hipocresía arrecia". Así empieza el artículo Desmemorias de África en el que José Manuel Fajardo  nos recuerda los peligros de esta reinterpretación falaz e hipócrita del pasado aprovechando los aniversarios redondos que intentan  reescribir la historia a la manera orwelliana. Se refiere en concreto a  novelas recientes  que recuperan la memoria del colonialismo europeo en África: El sueño del celta de Mario Vargas Llosa y Siete casas en Francia  de Bernardo Atxaga - sobre la presencia belga en el Congo y  Un guardia civil en la selva, del antropólogo catalán Gustau Nerín, en el que se da cuenta de la opresión ejercida por los colonizadores españoles sobre la población guineana. Un ejemplo más de como la ficción puede servir para recuperar las versiones del pasado que las historias oficiales suelen intentar encubrir y marginar. Una buena oportunidad para revisitar el mensaje de George Orwell también presente en Rebelión en la granja (1945) y Homenaje  a Cataluña (1938)


Documentación:


El artículo Desmemorias de África


1984 la película


1984, la novela


Rebelión en la granja, la película (en siete partes)

Diplomacia secreta y Wikileaks

La mayor filtración de documentos secretos de la historia, más de 250.000 mensajes del Departamento de Estados de los Estados Unidos han sido obtenidos por la página digital Wikileaks que revelan información confidencial relacionada  con la política exterior norteamericana y que aluden e involucran a infinidad de políticos y países del mundo. Todo un enorme y abrumador caudal de datos  sobre las relaciones internacionales de medio mundo, el sueño de un historiador para desentrañar la historia inmediata

Una primera impresión, tras recorrer superficialmente titulares de prensa,  es que la mayor parte de  la información ofrecida hasta la fecha no revela nada o casi nada que parezca novedoso. Todo entra dentro de lo verosímil y confirma hipótesis, sospechas, rumores o intuiciones probables, posibles, en ningún caso descabelladas o sorprendentes por imprevistas. Así, por ejemplo el espionaje estadounidense  a la ONU, la vigilancia a Turquía,Irán o Pakistán, las opiniones, chismes o sospechas  sobre diplomáticos como Sarkozy, Putin o Berlusconi, la inquietud por la personalidad de Kirchner, la hipocondría de Gadafi, los intentos de bloquear a Irán y Venezuela,  el mercadeo para que algunos países aceptasen presos de Guantánamo, los cotilleos e impresiones sobre políticos españoles, las sospechas sobre el apoyo de Arabia Saudía o Irán al terrorismo islamista, el tráfico de armas en Oriente Próximo y entre Corea, Irán y Siria,  la corrupción en Marruecos, el ciberataque chino a Google… La mayor parte de esas cuestiones no sorprenden nada al leerse más que el morboso hecho  de su confirmación a través de testimonios de diplomáticos cazados como si de un concurso de Gran Hermano se tratase. Aunque, poco a poco van a apareciendo filtraciones muy interesantes para enseñar los objetivos de la política exterior estadounidense y la situación actual del mudno.
 Tal vez lo más grave –en relación con nuestro entorno- sean cuestiones como la condescendencia del gobierno español con los  vuelos de la CIA -el tránsito clandestino por aeropuertos europeos de sospechosos de terrorismo capturados ilegalmente y torturados en centros de detención secretos- o las presiones de la embajada estadounidense a la Fiscalía  y, especialmente,  la posición del Fiscal General del Estado y el Fiscal Jefe de la Audiencia nacional y otros cargos políticos  obstaculizando e intentando archivar el  caso Couso.


En cualquier caso lo más sorprendente no es tanto la revelación del contenido de los cables sino el protagonismo que adquiere el propio acontecimiento en sí,  la filtración de documentos como espectáculo mediático basado en la avalancha masiva de noticias que sacan a la superficie la realidad  que habita en las cloacas de la razón de estado y los intereses creados en los que se cimentan las relaciones internacionales y el juego político. Lo más dañino es la confirmación documentada  de las miserias de un sistema mundializado que presume de perseguir valores universales de justicia y libertad, la hipocresía desvelada que se esconde tras las actuaciones de políticos y diplomáticos, las mentiras que traicionan valores democráticos tales como la soberanía  de las naciones o la separación de poderes, la miseria de la globalización de mercados divinizados que deciden  el futuro de la humanidad mientras los que gobiernan, pusilánimes al tiempo que aprovechados, venden promesas sin convicción, efímeras burbujas con las que disimular .
La fotografía de Assange  -“wanted”,   "el James Bond de la contrainformación"-  perseguido por la Interpol es una  metáfora de la culpabilidad del mensajero y  resume la premeditada confusión entre medios y fines, apariencia y realidad  como desvergonzado intento de convencer a la opinión pública  de que el delito reside en la ilegalidad de las revelaciones no en el escandaloso contenido filtrado. El principal objetivo es acabar con Wikileaks para cerrar la sangría y volver a crear la realidad desde la versión unilateral del poder. Pero la realidad es que en la era digital se cumple la verdad del poeta  Hölderlin que “donde crece el peligro está la salvación” y el enorme poder manipulador de Intenet se desliza entre las grietas de las autoridades tradicionales que buscan nuevas formas encubrimiento. Porque de repente, todos ven, como en el cuento, que el rey está desnudo.


Desde la perspectiva de “el sueño del historiador” –y la pesadilla del diplomático- a la que se refiere Timothy Garton Ash - destacan los cables relacionados con aportaciones sobre la liberación de Mandela, la Revolución Islámica o el conflicto de las Malvinas: un festín de secretos a los que los historiadores, en el mejor de los casos, no suelen acceder antes de veinte o treinta años. Y es en este terreno en el que este espectáculo nos remite a recordar la realidad de la diplomacia secreta  que la historia –y la ficción novelesca y cinematográfica- nos ha mostrado en infinidad de ocasiones. Las declaraciones reiteradas  de acabar con estas prácticas en el juego de las relaciones internacionales se han mostrado inútiles tal vez por el carácter inseparable de ambos términos: la utópica apuesta por la abolición de lo que es una tautología pues tal vez no pueda haber diplomacia sin secretos.  Bastaría un repaso a la obra de Pierre Renouvin sobre la Historia de las Relaciones Internacionales o los estudios del  profesor José María Jover Zamora para encontrar abundantes ejemplos que lo confirman.
Por no viajar más atrás en el tiempo, los años  de los sistemas bismarckianos (1870-1890)  y la posterior época denominada de la  Paz Armada hasta  la Gran Guerra (1890-1914) son tiempos ejemplares que muestran el protagonismo de la diplomacia secreta en las relaciones internacionales  y en las causas de la Primera guerra mundial.


En los inicios del siglo XX, tras la Gran Guerra,  el  discurso pronunciado por el presidente Wilson el 8 de enero de 1918 ante el Congreso norteamericano, proclama el fin de la época de las conquistas y de la diplomacia secreta, y propone la construcción de un nuevo mundo basado en la justicia, en los derechos de los gobernados, y en la seguridad de las naciones.
Conferencia de Versalles en 1919


Veintiún años después, el 23 de agosto de 1939 la Alemania nazi  y la URSS de Stalin firmaban un pacto de no agresión - Pacto Ribbentrop-Molotov-. El tratado contenía cláusulas de no agresión mutua, así como de compromiso  a la solución pacífica de controversias entre ambas naciones así como una intención de estrechar vínculos económicos y comerciales y de ayuda mutua. No obstante el tratado contenía también unas cláusulas secretas (sólo para conocimiento de los jerarcas de ambos gobiernos y no reveladas al público) en las que se adoptaban acuerdos que afectaban a Europa oriental y central fijando los límites de la influencia alemana y soviética en esas zonas, y el compromiso de consultarse mutuamente sobre asuntos de interés común y a no participar en cualquier alianza formada en contra de alguno de los estados firmantes. En definitiva, Polonia quedaba condenada a su desaparición a partir del 1 de septiembre de 1939 fecha en la que la agresión de la Alemania nazi  -respaldada por el acuerdo con la URSS- daría inicio a la II Guerra Mundial.




Cartel de la película Truman (F. Pierson, 1995)
Tras la segunda guerra mundial, la guerra fría entre el modelo capitalista de Estados Unidos y el soviético desembocó en una intensificación de la diplomacia secreta y de espionaje. El discurso de Churchill en Fulton en 1946 patentaba el término de Telón de Acero, la división del mundo en dos bloques. Al mismo tiempo, el Plan Marshall y  la doctrina Truman  (presidente de Estados Unidos) se basaron  en la convicción y la necesidad de combatir el comunismo mediante todos los medios posibles para debilitarlo en cualquier parte del mundo, incluso en el seno de las democracias soberanas de Europa occidental. De este modo se justificó la creación de la CIA en 1947. La URSS respondió con la  creación de la Kominform y la doctrina Jdanov –el delegado soviético en dicha reunión- que se basaba en la prioridad geoestratégica de que los países que bordeaban la Unión Soviética no aceptaran el Plan Marshall y de combatir por cualquier medio al bloque liderado por Estados Unidos.


En este contexto entendemos los acuerdos entre España y Estados Unidos de ayuda económica y el convenio defensivo de 1953. Estos acuerdos fueron presentados a la opinión pública como un modelo equilibrado de ayuda mutua entre ambos países cuando en realidad las cláusulas secretas reservaban a Estados Unidos privilegios que limitaban la soberanía española: daban iniciativa absoluta  al gobierno de Estados Unidos para la puesta de alerta y utilización de las bases militares que se construyeron en España, de manera unilateral. Cualquier agresión comunista, emergencia o amenaza  a la seguridad occidental permitiría la intervención unilateral de Estados Unidos involucrando a España cuyo gobierno no podía tomar ninguna determinación al respecto. Por el contrario, Estados Unidos no se comprometía defender a España en caso de ataque a alguno de sus territorios. El régimen de Franco se sometía a estados Unidos para cumplir el viejo sueño de Franco de seguir su particular Cruzada contra el comunismo.


Tras el fin de la Guerra Fría, el nuevo orden internacional viene marcado por el signo de una globalización en la que pervive la diplomacia secreta conviviendo con teorías conspirativas que pretender dar a entender que debajo de las apariencias existen poderes encriptados, sociedades secretas en las que anidan los auténticos amos del mundo.  Tal vez Assange, el mentor de Wikileaks acabe formando parte del Grupo Bilderberg. De momento los historiadores tiene más trabajo que nunca para desentrañar las verdades ocultas tras un millar de fuentes. Ya veremos hasta dónde llegan las filtraciones y que novedades van apareciendo. La gran pregunta es el significado de todo ésto, si estamos ante un fenómeno que aportará más transparencia democratica o por el contrario una regresión en las libertades de expresión y un fortalecimiento de los sistemas de control y seguridad de los poderes ante la "amenaza digital" al monopolio de la información.






Conclusión:

"La cuestión no es quién cometió el crimen de filtrar la información, sino qué crímenes puede desvelar esta información. Si los documentos filtrados revelan que ciertos Gobiernos han estado espiando a organizaciones internacionales o que están involucrados en casos de tortura, estos serían los verdaderos crímenes. En concreto, aún no se le han exigido explicaciones a los que intentaron frenar las actuaciones de la justicia española en, por ejemplo, el caso Couso; tampoco a los que trasladaron ilegalmente a prisioneros a Guantánamo haciendo escala en España; y tampoco a los que intentaron silenciar a la ciudadanía española, que ejercía su derecho de libertad de expresión al criticar la guerra de Irak"

Fuente: El derecho a la información diplomática

Dias de escuela

Para mis profesores, para mis alumnos...

Enlace al programa de RTVE
Cómo hemos cambiado (01/10/10): El colegio






Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.

Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.

Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.

Y todo un coro infantil
va cantando la lección:
«mil veces ciento, cien mil;
mil veces mil, un millón».

Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de la lluvia en los cristales

Recuerdo infantil de Antonio machado


"La escuela sería mi único recurso. Por entonces ya empezaba a sentir esa profunda e incomparable plenitud que produce la entrega al propio oficio. Me sumergía en mi trabajo y el trabajo me estimulaba para emprender nuevos caminos. Cada día surgía un nuevo obstáculo y, a la vez, el reto de resolverlo. Los niños avanzaban, vibraban, aprendían. Y yo me sentía enardecida con los resultados de ese aprendizaje que era al mismo tiempo el mío"(…) Tenía que pasar mucho tiempo hasta que yo me diera cuenta de que lo que me daban los niños valía más que todo lo que ellos recibían de mí".

Historia de una maestra de Josefina Aldecoa


 “A nadie le interesa aprender cosas inútiles. Desde que nacemos nuestra necesidad de aprendizaje está ligada a nuestro instinto de supervivencia. Queremos saber lo que nos resulta necesario, y buscamos fuera de nosotros lo que existe como un esbozo o una intuición dentro de nosotros mismos. Por eso sólo amaremos los libros si nos damos cuenta de que no son inútiles y de que pertenecen al reino de nuestra propia vida.”

La disciplina de la imaginación de Antonio Muñoz Molina

“No, el maestro don Gregorio no pegaba. Por lo contrario, casi siempre sonreía con su cara de sapo. Cuando dos peleaban en el recreo, los llamaba, " parecen carneros", y hacía que se dieran la mano.
Luego, los sentaba en el mismo pupitre. Así fue como hice mi mejor amigo, Dombodán, grande, bondadoso y torpe. Había otro rapaz, Eladio, que tenía un lunar en la mejilla, en el que golpearía con gusto, pero nunca lo hice por miedo a que el maestro me mandara darle la mano y que me cambiara junto a Dombodán. El modo que tenía don Gregorio de mostrar un gran enfado era el silencio.
"Si ustedes no se callan, tendré que callar yo".
Y iba cara al ventanal, con la mirada ausente, perdida en el Sinaí. Era un silencio prolongado, desasosegante, como si nos dejara abandonados en un extraño país.
Sentí pronto que el silencio del maestro era el peor castigo imaginable. Porque todo lo que tocaba era un cuento atrapante. El cuento podía comenzar con una hoja de papel, después de pasar por el Amazonas y el sístole y diástole del corazón. Todo se enhebraba, todo tenía sentido. La hierba, la oveja, la lana, mi frío. Cuando el maestro se dirigía al mapamundi, nos quedábamos atentos como si se iluminara la pantalla del cine Rex. Sentíamos el miedo de los indios cuando escucharon por vez primera el relincho de los caballos y el estampido del arcabuz. Íbamos a lomo de los elefantes de Aníbal de Cartago por las nieves de los Alpes, camino de Roma. Luchamos con palos y piedras en Ponte Sampaio contra las tropas de Napoleón. Pero no todo eran guerras.
Hacíamos hoces y rejas de arado en las herrerías del Incio. Escribimos cancioneros de amor en Provenza y en el mar de Vigo. Construimos el Pórtico da Gloria. Plantamos las patatas que vinieron de América. Y a América emigramos cuando vino la peste de la patata.
"Las patatas vinieron de América", le dije a mi madre en el almuerzo, cuando dejó el plato delante mío.
"¡Que iban a venir de América! Siempre hubo patatas", sentenció ella.
"No. Antes se comían castañas. Y también vino de América el maíz". Era la primera vez que tenía clara la sensación de que, gracias al maestro, sabía cosas importantes de nuestro mundo que ellos, los padres, desconocían.
Pero los momentos más fascinantes de la escuela eran cuando el maestro hablaba de los bichos. Las arañas de agua inventaban el submarino. Las hormigas cuidaban de un ganado que daba leche con azúcar y cultivaban hongos. Había un pájaro en Australia que pintaba de colores su nido con una especie de óleo que fabricaba con pigmentos vegetales. Nunca me olvidaré. Se llamaba tilonorrinco. El macho ponía una orquídea en el nuevo nido para atraer a la hembra”.

La lengua de las mariposas de Manuel Rivas


En memoria de la escuela arrebatada

"Cuando los camiones arrancaron cargados de presos, yo fui uno de los niños que corrían detrás lanzando piedras. Buscaba con desesperación el rostro del maestro para llamarle traidor y criminal. Pero el convoy era ya una nube de polvo a lo lejos y yo, en el medio de la alameda, con los puños cerrados, sólo fui capaz de murmurar con rabia: «¡Sapo! ¡Tilonorrinco! ¡Iris!».

Un triste final que refleja el fracaso  de la sociedad de nuestros abuelos, el sueño de educar a una generación en el respeto, la tolerancia y la libertad. Por algún lugar andará la herencia de Don Gregorio y algún día aparecerá para poner las cosas en sus sitio, el corazón y la razón en la tarima. Pero desde que aquella camioneta se lo llevara, nada sabemos de Don Gregorio.