martes, 24 de diciembre de 2013

Publicidad para los tres cerebros

 Improbable es hacer lo que uno realmente quiere: la vida es el arte de lo posible y la Navidad, un mito asumido y soñado  de un  pasado irrecuperable de alegría transformada en tristeza, nostálgico casi siempre. Pero siempre queda el optimismo, la ilusión de que emociones e  ideas  sean transformadas aunque sea en realidades soñadas. Vivir, es lo que tenemos.
Nacemos condicionados por la dotación genética que naturaleza nos otorga,  nos criamos condicionados por el contexto social en el que aterrizamos, crecemos con el azar imprevisible que nos acompaña y creeemos -tal vez ingenuos- que en algún sitio de este entramado transita algo que nos identifica como individuos únicos, irrepetibles, conscientes y libres que necesitamos de los demás.
Muchas veces  dentro del narcótico falaz de la publicidad - si dejamos de lado su finalidad interesada- queda la esencia de emociones  que generan  sentimientos que nos hablan de nuestra cultura y condición humana.  Imágenes, música, palabras espacializan el tiempo en la memoria mediante arquetipos que  localizan, certeros, los puntos sensibles de nuestros cerebros: el profundo de la supervivencia, el del intelecto y el pensamiento  de la razón, el de los sentimientos para vincularnos al prójimo.  Los tres juntos, sin saber muy bien cómo, conocen, interpretan y da sentido al mundo y a nuestra  existencia.
Quiero desearos  más que una Feliz Navidad,  algo menos efímero y  que perdure en  el tiempo  a través de una secuencia  de frustrados spots publicitarios. Digo frustrados, porque si les quitamos su finalidad de incrementar el consumo apelando a nuestra vulnerabilidad y su intención manipuladora, si dejamos de lado las polémicas sobre lo políticamente correcto, sobre lo  que debe o no deber ser y nos quedamos con su esencia, descubrimos lo mejor y entrañable  que puede dar de sí la  condición humana. Aunque las intenciones sean otras, siempre podemos creer que miramos y hacemos las cosas a  nuestra manera, que somos libres, que podemos y queremos hacer un mundo mejor. Y ese sentimiento es el que intenta sobrevivir cada mes de diciembre, aunque sea oculto tras el disfraz de anuncios publicitarios bien diseñados. Pues eso,suerte, salud, amor y amistad.

Empezamos con la trilogía del último trienio de una empresa alimentaria. 

Que se ponga...

Al maestro Miguel Gila,  In memoriam, 2011

El currículum de todos, 2012

Hazte extranjero, 2013

Intermedio solidario de Manos Unidas. "La vida pasa para todos, pero no para todos pasa igual"

 United Colors of Benetton buscando el impacto...Pietá

Más Benetton, Unhate, the film

 

Vamos a Tailandia. Una empresa de telefonía móvil True Move H da el golpe emocional sobre la importancia de dar. Pue eso, que te den...

 

Y seguimos en la Tierra de Siam, en ราชอาณาจักรไทย Ratcha Anachak Thai, con un shampoo y una joven violinista

                                     

El shampoo viaja a otro lugar del mundo con un anuncio que evoca a Billy Elliot y Cisne Negro


 

El clásico de la publicidad emocional

A su publicidad se debe la popularización de a imagen de Santa Claus como un señor gordo que viste de rojo a partir de la imagen que creó para la marca el pintor Haddon Sundbloms en los años 30.

santa_claus_coca cola 

 

Tres sugerencias más para terminar

El primero el proyecto Improve everywhereConduct us

Get Happy con Pink Martini,vintage para nostálgicos. Música para el optimismo 

Mensaje final. Always Look On The Bright Side of Life (Mira el lado bueno de la vida). Monthy Phyton vuelve tres décadas después...