Mes de abril de 2012. El mismo día del 71ª aniversario de la proclamación de la Segunda República se conmemora la epopeya trágica del Titanic, el transatlántico construido en tres años que se hundió en tres horas tras chocar con un iceberg en la noche del 14 de abril de 1912: más de tres horas dura también la historia que llevó al cine James Cameron en 1997 reestrenada ahora de nuevo en 3D. Y poco después, nos hemos encontrado con un nuevo fenómeno comercial para todos los públicos (en realidad sólo para mayores de 13 años) inspirado en una creación literaria vertiginosamente adaptada al cine: Los juegos del hambre. Este es el título de una novela publicada en 2008 -que también denomina al conjunto de la trilogía a la que da lugar- y de su adaptación cinematográfica estrenada en España el pasado 20 de abril.
El lanzamiento de estos productos comerciales creativos de
largo alcance (trilogía o saga literaria
convertida en trilogía o saga de cine que se retroalimentan mutuamente) forman parte de un negocio cultural que tal
vez podamos encuadrar en la civilización del espectáculo que retrata Vargas Llosa o en la era hipermoderna de la pantalla global y del imperio de lo efímero que desvela Gilles Lipovetsky. En
cualquier caso, tanto la literatura como el cine son expresión de la
sensibilidad del mundo actual. Como bien expresa Ernesto Sábato, "El arte de cada época trasunta una visión
del mundo y el concepto que esa época tiene de la verdadera realidad y esa
concepción, esa visión, está asentada en una metafísica y en un ethos que le son propios". Puesto que
millones de personas de todas las edades leerán las novelas y verán las
películas de Los juegos del hambre durante los próximos años, merece la pena
plantearse sacar alguna lección educativa
al fenómeno y se me ocurre empezar por proponer dos territorios de investigación: el de la
intertextualidad y el de las distopías.
Para ilustrar el
primer espacio, la intertextualidad, vuelve a hablar Ernesto Sábato:
"Nada es totalmente novedoso, y así como Aristóteles nace de Platón, aunque sea para (parcialmente) negarlo, así Beethoven surge de Mozart. Por otra parte, lo habitual es que un gran creador sea el resultado de todo lo que le precede, entrando a saco en las obras de arte de sus antecesores y realizando finalmente esa síntesis que caracterizará al nuevo prócer. Faulkner no es concebible sin Balzac, Dostoievsky, Prosut, Wolfe, Huxley y Joyce" (…) Por eso Proust dice que muchas veces la originalidad consiste en ponerse un sombrero viejo que se saca del desván".
La literatura primero y el cine después han actualizado las narraciones fundamentales de la historia de la cultura a través del tiempo. Se trata de la semilla inmortal que da nombre al libro de Jordi Balló y Xavier Pérez que rastrea los argumentos universales del cine (subtítulo) y las fuentes de la memoria. La tesis es que muchas películas –y novelas- evocan modelos narrativos anteriores mediante una nueva puesta en escena, convirtiéndose en hacedoras de una continuidad narrativa que retoman legados anteriores y son capaces de generar otros nuevos. Para disfrutar de esta recreación eterna recomiendo el magnífico libro de los autores mencionados.
En segundo lugar Los juegos del hambre nos evoca el género distópico, otro lugar maravilloso e ideal para emplazar lecciones y proyectos educativos que enlacen saberes y posibiliten el transconocimiento e interdisciplinariedad. Si escribo “utopías y distopías” en el buscador de Google, la primera referencia que aparece no deja de ser significativo que sea la de distopía. El concepto utopía se refiere a la representación de un mundo idealizado que se presenta como alternativo al mundo realmente existente, mediante una crítica de éste. La etimología griega del término nos la ofrece su creador, Tomás Moro, se trata de “buen lugar”. En oposición al término utopía existe el de distopía. Parece que la utopía deba prevalecer sobre la distopía, pero en la sensibilidad de las sociedades actuales, parece que es la segunda la que predomina como argumento y tema narrativo en las artes: la antiutopía o utopía perversa donde la realidad transcurre en términos opuestos a los de una sociedad ideal, el antónimo de la utopía que nos conduce a sociedades ficticias, del pasado, generalmente del futuro, dominadas por estados totalitarios que condicionan, manipulan, controlan, adoctrinan, oprimen, exterminan o utilizan a los individuos de manera masiva aunque justificando el sistema de poder y jerarquía social “bajo una fachada de benevolencia”.
En definitiva, utopías y distopías como creaciones de ficción son manifestaciones de percepciones y sensibilidades que surgen de los miedos y temores, ilusiones y esperanzas de las sociedades en un momento histórico determinado. Cuando la fe y la trascendencia o la razón y la ilustración interpretan de manera optimista la naturaleza humana y las posibilidades de la ciencia y la técnica para construir un mundo mejor nacen las utopías; pero el maravilloso y terrible siglo XX ha dado paso al predominio de distopías que ofrecen mayores posibilidades críticas y satíricas, mayor impacto comercial y, sin duda, magníficas posibilidades de espectáculo. Los juegos del hambre es una distopía que recrea argumentos, temas, situaciones y personajes de narraciones precedentes y que mejor ejercicio pedagógico que se puede hacer es buscar sus raíces en los clásicos para poder valorar su nueva puesta en escena.
Top 50 dystopian movies
Enlaces:
Desde el comienzo
de la película, la cámara se mueve sin cesar, cambia constantemente de
posición, rompe en numerosos primeos planos -¿para que se pueda ver en ipad?-
rompe ejes, vibra, tiembla los planos
duran milisegundos y se superponen uno a otros, se juega con profundidades de
campo, enfoques y desenfoques, como si
estuvieramos En tierra hostil de Kathryn
Bigelow. Todos estos recursos crean ansiedad
y agobio –como la que debían sentir los desactivadores estadounidenes de
explosivos en Irak- tal vez con una significación dramática, quizás para
conectar mejor con el lenguaje habitual de videoclip al que los más jóvenes
están acostumbrados. De esta forma el protagonismo al comienzo de la película
es el del realizador que nos recuerda su presencia como narrador hasta que
gradualmente, o bien nuestra
percepción se acostumbra rendida a la violencia de la cámara o bien se suaviza
el agresivo montaje para dar mayor protagonismo al relato y a sus protagonistas,
a los escenarios y personajes.
Y así podemos empezar a buscar los hilos temáticos y
referentes que la película puede sugerir para ofrecer diferentes niveles de lectura, descubrir entre
líneas y fotogramas los temas y argumentos universales, las múltiples dimensiones que Los juegos del
hambre evoca o integra y permitir
disfrutar de las emociones que ofrecen la aventura, el romance y la acción,
desde una perspectiva más profunda,
reflexiva y comunicativa.
1.- La primera posibilidad es jugar con las diferencias y similitudes entre la novela y la película. Ejercicio siempre apasionante el de comparar el lenguaje cinematográfico y el literario y el reto de la adaptación. Por ejemplo algo muy determinante, en el libro aparecen retratados los pensamientos de Katniss pues es la narradora de la historia. No ocurre así en la película que utiliza una narración externa. Otras diferencias afectan al desarrollo de la historia o importancia de los personajes o acontecimientos: es el caso de Peeta que en la novela pierde su pierna y es reemplazada por una ortopédica de metal, la insignificante presencia en la novela del personaje de Sutherland -el presidente Snow- o el planteamiento de las relaciones entre los protagonistas que quedan mejor expresadas mediante situaciones de mayor intimidad en el libro que en el film.
2.- En segundo lugar, como en cualquier análisis literario, cinematográfico o artístico es indispensable remitirnos al contexto de producción de la obra, al el contexto evocado y rastrear los posibles referentes históricos y sociológicos. El contexto actual de producción se manifiesta, como hemos mencionado, en la intencionalidad de la propia autora de la novela observadora de la situación económica y geopolítica actual. Así podemos buscar en el argumento huellas de la crisis económica global, las guerras o conflictos bélicos abiertos o amenazantes, las desigualdades entre países ricos y pobres, el hambre que azota el Sahel o el cuerno de África, la sociedad de información, de consumo, de espectáculo, de alienación y adoctrinamiento, la telerrealidad y la crisis de valores que reflejan los reality shows. Suzanne Collins ha destacado temas como la pobreza extrema, el hambre, la opresión y los efectos de la guerra: las experiencias en la guerra de Vietnam que le contó su padre, las imágenes de la guerra de Irak que inspiraron sus novelas. Adolescentes matándose entre sí instigados por adultos nos llevan al drama de los niños-soldado, al reciente documental Kony 2012. Por otra parte podríamos desentrañar las referencias implícitas o explícitas a las civilizaciones antiguas, como la egipcia o la grecorromana.
En cuanto al contexto evocado, un futuro distópico y planteado desde una concepción de la ciencia ficción como alegoría política y sociológica, también se reflejan aspectos de la sociedad actual. Incluso hay quien ha interpretado Los Juegos del Hambre como una parábola de la actividad de Occupy Wall Street : quienes están en el Capitolio son miembros del 1% y todo el mundo en los distritos de Panem es parte del 99%".
3.- Desde una perspectiva estética caben también algunas consideraciones, además del vertiginoso montaje y del inicial agobiante movimiento de cámara ya mencionado. Hay quien ha visto un futuro "ultrafashion" manifiesto en la vestimenta de las élites Por ejemplo, los personajes del Capitolio evocan con sus ropas, peinados y maquillajes a los cortesanos de la película María Antonieta, de Sofia Coppola.
Otro ejercicio apasionante es buscar los motivos visuales que aparecen en el filme, en la línea del libro de Jordi Balló, Las imágenes del silencio, los símbolos y gadgets que aportan significación expresiva en la tradición iconográfica que impregna al espectador cuando no es sólo un consumidor cinematográfico sino un conocedor cómplice que es capaz de captar esos universales poéticos e intemporales como el baile, el pensador, el horizonte, las escaleras, al mujer ante el espejo o la Piedad. Hay una piedad reconocible en la muerte de Rue en los brazos de Katniss
4.- Las cuestiones filosóficas, éticas y el estudio de valores es un terreno siempre fértil para que germinen las narraciones literarias y cinematográficas. Desde este planteamiento aparecen temas asociados a una reflexión sobre la naturaleza humana como las dificultades físicas y el instinto de supervivencia, la lealtad en circunstancias extremas, la competencia y la cooperación la traición y la violencia contra las personas, la guerra, el poder, la jerarquía social y las formas de dominación, los sistemas autoritarios y totalitarios, las desigualdades sociales, la libertad y la conciencia individual, la fraternidad, el odio y el amor… En muchos momentos de la lucha por la vida, del espectáculo brutal por la supervivencia en un territorio más virtual que rela, aparece también la cuestión central de lo que es "real o no real., como en Matrix.
En algunos foros he encontrado que se plantean cuestiones como el tratamiento de las cuestiones raciales ( a partir de los personajes afroamericanos como Rue como Tres) y del hecho de que la protagonista absoluta –más aún en la novela- es una chica. Y no una chica cualquiera: es joven, bella, activa, fuerte y habilidosa, ágil, valiente y diestra en la caza, es la que gana y rompe el estereotipo como la protagonista de Avatar. Esta reivindicación feminista que algunos críticos interpretan contrasta con otra lectura que afirma que pese al protagonismo femenino, su perfil ofrece características masculinas que no cuestiona los paradigmas patriarcales. También se apunta lo trivial de que Katniss se debata entre sus sentimientos por dos intereses amorosos masculinos, un rasgo que comparte con Bella Swan de la saga Crepúsculo .Y que su figura seductora y femenina no se ajuste a la realidad distópica de un pueblo muerto de hambre en total sumisión.
Esta última consideración nos lleva a valorar el grado de crítica y contestación social que novela y película ofrecen. La cuestión de si las posibilidades de crítica social que las distopias de ciencia ficción ofrecen no quedan ensombrecidas por su reducción a un trhiller de acción, por las escenas de caza y de supervivencia, por el espectáculo visual, por el romance triangular clásico dejando la desigualdad social, el sistema clasista, el régimen opresivo y totalitario como un difuminado telón de fondo. En este sentido queda abierta la interpretación del final de la película, la decisión de la heroína como rebeldía subvertidora del sistema o de sumisión e impotencia ante un poder totalitario.
Aquí reside la mayor lección de Los juegos del hambre como recurso didáctico. La posibilidad de aproximarnos a las distopías que preceden a la trilogía de Suzanne Collins y a la película de Gary Ross. Las semillas inmortales de los clásicos literarios y cinematográficos que la fecundan : 1984, Un mundo feliz, El señor de las moscas, Fahrenheit 501, La naranja mecánica, Gatacca, Rollerball, El show de Truman, Matrix, V de Vendetta o Battle Royale. Novelas y películas para entender como Los juegos del hambre dialogan con el pasado y con el presente y nos ayudan a hacer comprensible el mundo social, la naturaleza humana, la historia.
Enlace a Distopías y Utopías totalitarias en el cine |
Aunque
particularmente les diría que busquen mejor en todo los que lleva dentro La invención de Hugo Cabret, de
Scorsese, y Brian Selznick, en la magia
de Georges Meliés, en el espíritu
aventurero de dos niños huérfanos, en el autómata con alma paternal abandonado
en un desván, en trenes y relojes como metáforas del tiempo y el espacio, en
ese viejo bibliotecario interpretado por Christopher Lee que busca hogares para
sus libros, en todos esos personajes que
dan vida a una estación de tren en un París de sueños y fantasías. Porque si el mundo es como una máquina y en las máquinas nunca sobra
ninguna pieza ni engranaje y todas tienen una función, cada uno de nosotros
tiene que descubrir cual es la suya,
para qué estamos aquí. Pero esa es otra historia de la que ya hablaremos en
otro momento.