El mundo de Orfeo

Orfeo y Eurídice de Rodin


Hijo del polifacético Apolo (Dios olímpico de la luz y verdad, pero también de la poesía, de la música, de las artes) y de la musa Calíope (musa de las musas e hija del Dios de dioses -Zeus- y de la  la memoria -Mnemósine-), Orfeo se enamoró con su música y su poesía, viajó hasta los infiernos para buscar a su amada muerta aunque, prisionero de la debilidad humana, no pudo recuperla por no ser capaz ni de morir por amor ni de evitar mirar hacia atrás. Así Orfeo acabó siendo víctima  de la crueldad de los dioses que no entendieron sus limitaciones y debilidades

El mundo de Orfeo es pues el de la búsqueda de la verdad a través de las artes, el de la necesidad de la memoria y de mirar hacia atrás. Y Orfeo es el hijo de dioses que no es dios, el que experimenta el amor y la muerte, la felicidad y el sufrimiento sin poder ni querer  renunciar a la vida, el que se rebela contra la crueldad de los dioses y muere por su incomprensión, el símbolo de la grandeza y debilidad de la naturaleza humana. Orfeo es el héroe de la memoria del pasado a través del arte como forma suprema de conocimiento. Ese es el mundo de Orfeo.  

Orfeo y Eurídice, a un sólo paso de la felicidad