sábado, 4 de noviembre de 2017

La competencia digital, la lengua de los dioses, el conflicto hispano-catalán y el fracaso educativo


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Acabo de registrarme para compartir este recurso  relacionado con la adquisición de competencias digitales, el Big data y el Internet de las cosas. No es el futuro, es el presente

Un camino buscando la esperanza de  nuevos argumento para mantener  la ilusión de entrar en el aula y compartir  horas lectivas con los alumnos, el mayor privilegio de nuestra profesión que nos mantiene más jóvenes. Una vía para olvidar y  escapar de los fantasmas del discurso mediocre, incoherente, interesado, segregador e injusto del  bilingüismo encorsetado e impuesto implantado en nuestro sistema educativo al que hacemos el juego  con nuestro silencio y aceptación pasiva, sin atisbo de crítica. Porque se trata de un programa  invasor y parásito  que llega cada vez  a más centros, que apenas tienen más opción que asumirlo, como mal menor o remedio para evitar uno mayor, como  coartada, por motivos políticos, por ignorancia o por las circunstancias de un contexto social muy mediatizado.
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El presente y el futuro está en las competencias digitales siempre que éstas vengan acompañadas de una formación humanística adecuada, que permita que los valores cívicos acompañen a las nuevas tecnologías y al conocimiento en el viaje por el  siglo XXI. Para ello hace falta recuperar la formación humanística, el estudio de las  humanidades    casi desaparecidas, ninguneadas y discriminadas de hecho en el actual sistema educativo. Me remito a los argumentos de autoridad, los de Umberto Eco, Nuccio Ordine o Mary Beard entre otros muchos que defienden,  que saben  que  de las palabras nace la belleza, el encanto, la comunicación.  De todas las palabras, de todas las lenguas. Y  es por este motivo, la apelación  a recuperar "las lenguas de los dioses"  de las que nacen todas las demás        
  
«Estudiar griego prepara para la vida de tres formas. Primero, porque es difícil. Yo rechazo la tentación contemporánea de la facilidad. La vida no es fácil, para conseguir cualquier cosa hace falta esforzarse; segundo, porque requiere tiempo, lo que choca con nuestra obsesión por la velocidad, por querer preparar una tarta con un tutorial de dos minutos en YouTube; y tercero, porque nos ayuda a conocernos mejor».

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Todos los idiomas son hijos de los dioses de la palabra y merecen ser conocidos, hablados, escritos. En ellos está la belleza, la cultura, el conocimiento, el alma de los pueblos el don de la palabra, del pensamiento y de la comunicación.  Tambíén en las  viejas lenguas de esa España vacía e ignorada.

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HOY ES IMPRESCINDIBLE DOMINAR UN IDIOMA COMO  EL INGLÉS, LENGUA ESENCIAL EN LA  COMUNICACIÓN MUNDIAL y con una cultura  espléndida. Pero sin pagar caros peajes en el resto de materias y saberes, en la formación científica y humanística básica e imprescindible y si discriminar nuestra  lengua compartida, igual  sino más universal y  fecunda

 Pondré sólo un ejemplo Que algunos estudiantes pasen por todo  el sistema educativo estudiando   “toda” la Geografía e Historia en inglés y sólo en inglés es una incoherencia irracional, más aún si la misma legislación afirma  la limitación  de utilizar el castellano solo para apoyar el aprendizaje de la lengua extranjera. Una norma que se permite añadir a continuación, que  deberemos  ¡garantizar  que los estudiantes adquieran el vocabulario básico en ambos idiomas! ¿Cómo, sin utilizar el castellano ni siquiera  para el estudio de los mermados temas de Historia de España? Así concebido, no se puede hablar de bilingüismo sino de la colonización parásita de los contenidos de una materia tan importante para  la formación  cívica como Geografía e Historia (por cierto,  habría que saber cómo y qué historia  se está enseñando  en el estado español). Un  bilingüismo que no deja  ni un  hueco para estudiar nuestras leyes y  constitución en castellano.  Todo  ello, perpetrado, aprovechando el complejo de inferioridad lingüística de una parte de la sociedad española.

 ¿Qué “ciudadanos  españoles” saldrán de  esas aulas?  No  sólo los más "selectos" (la mayoría son seleccionado) de la vía bilingüe sino todos: el sistema condiciona toda la estructura organizativa del resto del  Instituto-como por ejemplo  los agrupamientos- y consume la inmensa mayoría de recursos, en detrimento de otras necesidades formativas. Por todo esto, comparto la opinión del filósofo Emilio Lledó:  más que centros bilingües, hacen falta otros que enseñen bien idiomas sin menoscabo del resto de necesidades  formativas. Y menos aún si se trata de  una enseñanza pública que  debe ser un servicio   educativo para todos, para generar igualdad de oportunidades, para potenciar la identidad y  cohesión social -¿nacional?-,para  atender las necesidades y posibilidades de  todos los estudiantes, de todos, por favor- del perfil que sea,  excelentes o  desfavorecidos por los diversos  motivos y circunstancias  socioeconómicas de se crean  cada día.

Sería urgente y necesario conciliar una formación cívica, humanística, científica y tecnológica que aúne lo mejor del legado del pasado con las aportaciones  e innovaciones del presente, una  enseñanza pública que ofrezca los mejores profesionales para enseñar y educar en todos  los saberes del conocimiento, que  permita adquirir las competencias necesarias  para vivir con libertad, justicia y solidaridad en el siglo XXI, que piense en los niños, en los jóvenes, en el bienestar material y espiritual de  nuevas generaciones. El sistema educativo en el que habito–en mi opinión, insisto- está muy lejos de cumplir  estos requisitos. Tal vez por los intereses económicos y políticos creados alrededor de una educación pública más preocupada en el negocio que en el ocio –otium cum dignitate de Cicerón-  más por formar consumidores/ trabajadores que ciudadanos.

Y tal vez por ese motivo, formulo una hipótesis que considero interesante verificar: aunque es un proceso muy complejo en el que inciden muchos factores, creo  que  el fracaso  en la construcción de  un sistema educativo común, compartido, coherente e integrador  ha influido y está influyendo  en la actual crisis política que vive España y en  la deriva del conflicto  catalán en la última década. Hagamos memoria. Hemos perdido mucho tiempo en disputas ideológicas y políticas estériles  que  han convertido al educación en el campo de juego de otros intereses y negocios  ajenos al interés público y cívico. Lo estamos pagando. Hacen falta voces que lo digan, Hace falta que al menos nos quede la palabra. Las palabras compartidas para el diálogo entre generaciones, ciudadanos y sociedades. Las palabras ya envejecidas pero necesarias, las palabras  de una constitución tan manoseada en su nombre como olvidada en las aulas por unas leyes tristes y pragmáticas incapaces de sentir la esencia mágica de la lengua materna y divina  que compartimos.
   

Artículo 3  del Título preliminar de la constitución de 1978: El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos.La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección.

Artículo 27 del Título I:   “Todos tienen el derecho a la educación. Se reconoce la libertad de enseñanza. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales”


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