Me propongo contar a través de una serie de artículos mi experiencia y percepción personal de los problemas que plantea, en general, la enseñanza de la Historia y, en concreto, su relación con la actual legislación (LOMCE) y situación política.
Empiezo con dos citas tópicas/típicas. La primera es aquella que dice que "toda historia es historia contemporánea". En palabras del historiador Benedetto Croce:
...porque, por remotos o remotísimos que parezcan cronológicamente
los hechos que entran en ella, es, en realidad, historia referida siempre a la
necesidad y a la situación presente”.
La segunda se refiere a que "aquellos que no conocen su historia están condenados a repetirla" y se atribuye -entre otros- a Napoleón Bonaparte y al filósofo Santayana.
Ambas podrían servir de argumento para justificar una buena educación que incorpore los recursos necesarios para garantizar que cualquier ciudadano pueda acceder al conocimiento histórico
Y ahora, decidme
si estas palabras podrían tener utilidad en el actual momento histórico y político
de España
“No
hay que derribar lo construido ni hay que levantar un edificio paralelo. Hay
que aprovechar lo que tiene de sólido, pero hay que rectificar lo que el paso
del tiempo y el relevo de generaciones haya dejado anticuado.
Este pueblo nuestro pienso
que no nos pide ni milagros ni utopías, creo que nos pide sinceramente que
acomodemos el derecho a la realidad, que hagamos posible la paz civil por el
camino de un diálogo, que sólo se podrá entablar con todo el pluralismo social
dentro de las instituciones representativas. A todo eso os invito. A quitarle
dramatismo a nuestra política. Vamos a elevar a la categoría política de normal
lo que a nivel de calle es simplemente normal. Y permitídme para terminar que
recuerde los versos de un autor español:
«Está el hoy abierto al mañana
mañana al infinito
Hombres de España:
Ni el pasado ha muerto
Ni está el mañana ni el ayer escritos.»
Habla el 9 de junio de 1976 en las Cortes, Adolfo
Suárez, entonces ministro Secretario General del Movimiento del gobierno de
Arias Navarro defendiendo la Ley de
Asociaciones Políticas. El 3 de julio el rey Juan Carlos le nombra presidente
de gobierno y un periodista le pregunta si se siente un presidente legítimo y
responde:
“Soy presidente del Gobierno
conforme a la legalidad vigente, pero sé que la legitimidad solamente la
aportan las urnas".
Todo esto tiene un contexto
histórico, político y cívico que debería ser objeto de estudio en nuestra
enseñanza obligatoria. Tanto para conocer en qué medida las diferentes generaciones de la sociedad actual perciben -ya en el siglo XXI- la historia de la Transición "de la dictadura a la democracia" como para valorar si conocer nuestra historia posibilita evitar los errores cometidos en el pasado
Vamos al aula. En 4º ESO es en el único curso
en el que se plantea el estudio de la Transición
y la Constitución en un solo estándar de aprendizaje (una manera técnica de la neolengua educativa para
concretar criterios de evaluación). Hay otro estándar dedicado al terrorismo.
En total hay sesenta estándares. Se plantea en el octavo bloque de diez en una historia
que desde el siglo XVIII pretende que se estudie toda la historia mundial,
europea y española –incluyendo cultura y arte- con la idea de llegar a estudiar hasta
“el deshielo del Báltico” y la globalización del siglo XXI. Todo ello, enseñando a través
de la adquisición de competencias que requiere más tiempo y una metodología incompatible con la extensión del currículo y la falta de formación de profesores y alumnos. Imposible
hacerlo bien, más si eres exigente contigo mismo
Disponemos de tres horas semanales. Envidia sana de otras como los idiomas que disponen de cuatro o cinco más las materias que tengan parasitadas. Muy difícil superar
las noventa horas lectivas efectivas a lo largo del curso. Lo normal -por diferentes motivos- es que sean bastantes menos. Además, los estudiantes tienen una
prueba externa de evaluación final en mayo, mes en el que a partir de ahora acaba el curso ya que los exámenes de septiembre serán en junio. Menos tiempo aún.
La mayor parte de profesores no puede
llegar con tanto contenido y tantas actividades extraescolares y formativas que
aquí no voy a enumerar. Muchas, por cierto, muy interesantes e imprescindibles
pero que restan horas lectivas para abordar los estándares (algunos imposibles
u oníricos) que nos piden. Y no mencionemos la elevada posibilidad de una ratio próxima o superior a los 30 y la exigencia de todo tipo de actuaciones individuales que pueden ir desde alumnos extranjeros recién llegados que desconocen el idioma, Acnees (necesidades educativas especiales, TDAHs (déficit de atención e hiperactividad) o dislexias que cada vez son diagnosticadas con más frecuencia.
Además, en la Comunidad de Madrid se
implanta/impone que en las cada vez más predominantes secciones bilingües los
estudiantes de está vía de excelencia aprendan la Geografía e Historia -en todos los cursos-
exclusivamente en inglés, incluida la historia de España. Y sin posibilidad de
utilizar el castellano más que como apoyo al proceso de aprendizaje de la
Lengua extranjera. Eso sí, de manera surrealista, más adelante se nos dice que “…a
lo largo de la etapa se procurará que los alumnos adquieran la terminología básica
de las materias en ambas lenguas”. Increíble. No podemos tocar el castellano pero deben adquirir el vocabulario básico también en su idioma materno que "en ningún caso debemos utilizar para enseñarles ni siquiera la historia de su pueblos. Confiamos en que que para conseguir tamaña proeza dispongan en casa de abnegados padres y abuelos (y madres ya abuelas) que colaboren en la causa. De otra manera, que nos digan cómo hacerlo. Ni
siendo un replicante.
En definitiva, en el mejor de los casos los estudiantes de la ESO es posible que no dispongan más que de una o dos horas lectivas para estudiar la Transición y nuestra amada constitución. Y el riesgo elevado de que el tema se quede sin ni siquiera mencionar. Al menos, en mis tiempos mozos de los años ochenta, aquellos con quiénes compartía partidos de fútbol los fines de semana, eran capaces de responder a la pregunta de quién gobernaba antes de Franco: "Pues ...los Reyes Católicos" contestó uno. Y no le faltaba razón.
En definitiva, en el mejor de los casos los estudiantes de la ESO es posible que no dispongan más que de una o dos horas lectivas para estudiar la Transición y nuestra amada constitución. Y el riesgo elevado de que el tema se quede sin ni siquiera mencionar. Al menos, en mis tiempos mozos de los años ochenta, aquellos con quiénes compartía partidos de fútbol los fines de semana, eran capaces de responder a la pregunta de quién gobernaba antes de Franco: "Pues ...los Reyes Católicos" contestó uno. Y no le faltaba razón.
Conclusión/hipótesis
razonable número 1.- Nuestros estudiantes -futuros ciudadanos del
estado español- acaban la ESO con grandes posibilidades y un enorme riesgo de ignorar
su historia reciente o en el mejor de los casos, tener una idea simplemente superficial olvidable
en poco tiempo.
Conclusión/hipótesis
razonable número 2.- Valoren si la anterior hipótesis es
importante o puede ser un factor a tomar en cuenta en relación con la crisis
política que atraviesa España desde la crisis económica de 2008. Y en qué
medida, el enorme desconocimiento de la historia de España revierte en enormes
posibilidades de manipulación y contribuye a una creciente falta de cohesión social en
este Estado español nuestro.
Conclusión/hipótesis de
investigación número 3.- Y para completar este
análisis,sería conveniente investigar cómo se ha estudiado y se está estudiando historia en
Cataluña y en otras comunidades autónomas dentro de nuestro sistema educativo de taifas. Esa será otra lección de historia