Fallece Manuel Alexandre y miles de memorias individuales componen la memoria colectiva de un actor que, para los que no tuvimos la fortuna de conocerle más que en la ficción, forma parte esencial de nuestros recuerdos de teatro, cine y televisión. Un secundario de oro, dicen. Pero el recuerdo le convierte en protagonista y construye su imagen (al menos la de las últimas décadas) de abuelo bonachón que inspira cariño y amabilidad, de personaje más allá de sus personajes que nos ofrece su amistad. Como las memorias individuales son frágiles y escurridizas, consulto en Internet Movie Data Base para que me devuelva las imágenes de tantas obras en las que el entrañable actor dejó su huella, su rostro, su palabra, su entonación peculiar.
Desde 1917 hasta 2010, casi 93 años han tenido la fortuna de contar con su presencia. Se trata de un miembro de la generación de los abuelos de los tardíos "babyboomers" con infancia en tiempos revueltos y adolescencia y juventud de posguerra años que, para bien y para mal, templaron su temperamento. Una generación de actores y actrices irrepetibles. En 1945 debutó en el teatro y dos años más tarde en el cine y en los sesenta añadió la televisión a su repertorio de intérprete de ficción. Su nombre se une a Fernán Gómez, a Berlanga o a Cuerda entre otros cineastas. La amistad del primero dicen que motivó su carrera artística. Con Berlanga viajó de Bienvenido Mister Marshall hasta París-Tombuctú, pasando por Plácido. Con Cuerda fue algo más que un secundario en El bosque animado, Amanece que no es poco y La marrana. Álvaro de Luna compartió su amistad hasta el final
Los recuerdos del difunto nonagenario nos llevan al ciclista de Muerte de un ciclista, al Vicente de Calabuch, uno de los amigos de Calle Mayor, Julián en Plácido, al Benitez de Atraco a las tres, al Roque Freire de El bosque animado, Fray Jerónimo de La marrana, Four Eyes en Madregilda, Don Luis en Fuera de juego, Arsenio el anticuario en Los ladrones van a la oficina, El manco de Incautos, Ricardo en ¿Y tu quien eres? .. y .hasta un reciente Franco en la televisión. Y, no se puede olvidar, el jurado número cinco de Doce hombres sin piedad...
Nosotros sólo tuvimos la suerte de disfrurtar de algunos de esos cientos de personajes que fueron incapaces de ocultar a su intérprete, a la persona que otros conocieron y compartieron. Infinidad de memorias le recordarán. Como suele decirse, hasta siempre Manolo....Aunque todavía nos falta su Epilogo
Gracias por tu amistad
Manuel Vicent no recuerda a Manuel Alexandre
La dignidad de un secundario