Reflexiones sobre el mundo actual a través de las aportaciones de los saberes humanísticos
domingo, 16 de enero de 2011
Otro individuo, otra sociedad, otro mundo. A propósito de la modernidad líquida
"A lo cual yo repuse
descalzándome las negras botas:
Este es, oh espíritu, el símbolo espantoso
de lo humano: un pie de tosco cuero
ya no naturaleza, más tampoco
todavía hecho espíritu,
una forma de transición entre la pata animal
y las aladas plantas de Mercurio"
Christian Morgestern
El discurrir de los acontecimientos globales y locales que estamos viviendo en los últimos tiempos (la crisis en todas sus dimensiones, fenómenos mediáticos como wikileaks, los informes sobre nuestra situación educativa, las catástrofes de todo tipo de las que nos llegan noticias -tanto las proclamadas y aireadas como las silenciadas y olvidadas-) nos alerta sobre la necesidad de repensar críticamente la realidad. El documental La obsolescencia programa emitido en Rtve (ver entrada) o los últimos libros de Zygmunt Bauman y Gilles Lipovetsky y Jean Serroy- nos invitan a hacerlo desde el conocimiento
Entroncando con viejas teorías como, entre otras, las de los pensadores de la Escuela de Frankfurt -Erich Fromm, Adorno...-, las del intercambio desigual -Samir Amín, Arghiri Emmanuel...- las de del Club de Roma sobre los límites del crecimiento- o las de Noam Chomnsky, algunas voces -como la de Serge Latouche y su teoría del decrecimiento- cuestionan el modelo económico, las formas de vida y los principios que -como si formaran parte de la naturaleza de la cosas y sin alternativa posible- se nos han impuesto como indiscutibles. Desvelar las claves e intereses escondidos tras las apariencias de la economía de mercado, la sociedad de mercado o las pantallas de la cultura mundo y buscar alternativas más saludables forman parte del reto educativo imprescindible para construir sociedades más justas y solidarias y conseguir una utilización sostenible de los recursos del planeta.
En el fondo subyace la necesidad de adaptar los valores a los nuevos tiempos, superar la confusión entre medios y fines, resolver las contradiciones entre lo privado y lo público y descubrir una vida que refleje, con sabiduría, la necesaria síntesis entre los ámbitos individual y colectivo en los que se refugia en último término nuestra misteriosa naturaleza humana perpleja entre la razón y el instinto. Naturaleza divina y humana, tan bondadosa como malvada pero que necesita una ética que permita al individuo adoptar nuevas y mejores posiciones ante él mismo, ante los demás y ante el planeta Tierrra, nuestra Naturaleza con mayúsculas.
Palabras para entender el mundo
Algunas lecturas para repensar el mundo:
Erich Fromm: Psicoanálisis de la sociedad contemporánea
Arghiri Emmanuel, Charles Bettelheim, Samir Amin y Christian Palloix: Imperialismo y comercio internacional. El intercambio desigual
Luis Racionero: Del paro al ocio
Enrique Ruiz García: Subdesarrollo y Liberación
Guy Sorman: Los verdaderos pensadores del siglo XX
Fernando Savater: El valor de educar
Karl Marx: Manuscritos . Economía y Filosofía
Noam Chomsky: Política y cultura a finales del siglo XX
Gilles Lipovetsky y Jean Sarroy: La cultura mundo. respuesta a una sociedad desorientada
Zigmunt Bauman: Mundo consumo. Ética del individuo en la aldea global
Jean Ziegler: El odio a Occidente
miércoles, 5 de enero de 2011
Obsolescencia programada
En los años cincuenta la sociedad de consumo se había instalado en todo Occidente. El diseñador industrial Brooks Stevens sentó las bases de esa obsolescencia programada: "Es el deseo del consumidor de poseer una cosa un poco más nueva, un poco mejor y un poco antes de que sea necesario". Ya no se trata de obligar al consumidor a cambiar de tecnologías, sino de seducirlo para que lo haga. El protagonista de Muerte de un viajante, de Arthur Miller lo resume con claridad: "Programan estos cacharros para que cuando los hayas acabado de pagar se rompan"
En la actual era de la informática e internet ha aparecido el consumidor rebelde: que intenta reivindicar sus derechos: la abogada Elisabeth Pritzker demandó a Apple tras descubrir que las baterías de litio de los reproductores de música iPod estaban diseñadas para tener una duración corta. Pero el proceso creciente del consumo de lo efímero continúa generando toneladas de basura y gran parte de esta chatarra de aparatos obsoletos derivados por la sociedad de consumo -occidental, camino de ser también mundial- acaba en vertederos africanos, cerrando el ciclo de ahorrar costes a costa de la contaminación mediambiental.
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