"Soñé un sueño ya hace tiempo Cuando había esperanza y vivir valía la pena Soñé que el amor no moriría nunca Soñé que Dios perdonaría..."
"I dreamed a dream in days gone by When hope was high and life worth living I dreamed that love would never die I dreamed that God would be forgiving..."
El No-Do (Noticiarios y Documentales), se
creó el día 29 de septiembre de 1942 por la dictadura del General Francisco
Franco como un servicio de difusión de
noticiarios y reportajes de obligatoria exhibición en los cines de España,
posesiones y colonias. Este noticiario servía por un lado de aparato de
propaganda del franquismo y por otro de hilo de unión de los españoles con el
mundo. Su primera proyección tuvo lugar el 4 de enero de 1943 y así se mantuvo
hasta que, en 1975, dejó de ser obligatorio. La producción cesó en 1981. En diciembre
de 2012 RTVE.ES y Filmoteca abren estos documentos excepcionales de la historia
de la transformación de España a su consulta libre en Internet.
"Toda la Tierra tenía una misma lengua y usaba las mismas palabras. Los hombres en su emigración hacia oriente hallaron una llanura en la región de Senaar y se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: «Hagamos ladrillos y cozámoslos al fuego». Se sirvieron de los ladrillos en lugar de piedras y de betún en lugar de argamasa. Luego dijeron: «Edifiquemos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo. Hagámosnos así famosos y no estemos más dispersos sobre la faz de la Tierra». Mas Yahveh descendió para ver la ciudad y la torre que los hombres estaban levantando y dijo: «He aquí que todos forman un solo pueblo y todos hablan una misma lengua, siendo este el principio de sus empresas. Nada les impedirá que lleven a cabo todo lo que se propongan. Pues bien, descendamos y allí mismo confundamos su lenguaje de modo que no se entiendan los unos con los otros». Así, Yahveh los dispersó de allí sobre toda la faz de la Tierra y cesaron en la construcción de la ciudad. Por ello se la llamó Babel porque allí confundió Yahveh la lengua de todos los habitantes de la Tierra y los dispersó por toda la superficie".
Génesis 11:1-9
La torre de Babel, óleo de Pieter Brueghel el Viejo
Del mismo modo que las principales decisiones que los
últimos gobiernos están tomando en materia económica y social se escapan al
control de la soberanía nacional, y con hipocresía desvergonzada se justifican
con la coartada de que no hay otro camino posible, entiendo que la decisiones
que se imponen sobre nuestro sistema educativo escapan también del control del
demos, del pueblo. Los valores y requerimientos de cohesión social con el objetivo de la felicidad y bienestar de
los ciudadanos deben ser la búsqueda del bien común –como lugar de intersección
de voluntades, necesidades y deseos de las personas-y garantizar una igualdad de oportunidades que
proteja lo colectivo respetando al mismo tiempo las capacidades, competencias,
esfuerzos y méritos de cada individuo. En las decisiones políticas que afectan
a nuestro sistema educativo echo en falta el sentido común de estas
directrices.
Hemos de suponer que nuestra clase política –en el gobierno,
en la oposición, en nuestra multiplicidad excesiva de instituciones estatales
-ha decidido librementeasumir la
responsabilidad de querer gobernar pero desconfío y dudo que la mayoría tengan
en mente los valores de referencia mencionados. En lo que concierne en concreto
al diseño y gestión de nuestro sistema educativo lo han convertido más en un
territorio de lucha política y defensa de sus ambiciones y cuotas de poder, que
en el lugar inevitable para cimentar la cohesión social democrática a través de la
formaciónhumanística y científica, el
diálogo intergeneracional y la adquisición de competencias para un mundo más
justo, libre y sostenible.
El asunto es muy complejo pero me centraré en algunos
detalles significativos.
En primer lugar, la sucesión de leyes estatales (con la que se avecina, siete desde 1980, sin contar la de 1970 que estuvo vigente parcialmente hasta 1990) y la disparidad en la aplicación de las mismas en cada feudo autonómico han
generado una inestabilidad permanente en la que es muy difícil consolidar un
esfuerzo educativo eficaz en sus diferentes dimensiones de aportar ciudadanos
preparados para contribuir al desarrollo social y económico de un país. En cada
caso, siempre se ha mencionado la intención de buscar un pacto nacional o un
consenso social que permitiera un modelo educativo duradero. Fracaso tras fracaso.
Hubiese sido imprescindible, que sin necesidad de ser inmutable, se creará un
campo de juego educativo que permitiera, al menos a un medio plazo razonable,
un marco común de referencia independiente y compatible con las diferentes
premisas ideológicas y valores de los diferentes partidos y grupos que deben
convivir en una sociedad plural. Es decir superar, el debate entre el ámbito de
lo público y lo privado. El estado debe
garantizar en primer lugar una enseñanza
de calidad como servicio público y, al
mismo tiempo, posibilitar y apoyar la libre iniciativa privada de proyectos
educativos. Pero la prioridad es incuestionable y evidente: la educación pública
es – junto a la sanidad, la justicia y la seguridad- el pilar del Estado del Bienestar,
y la garantía de democracia, libertades, justicia social e igualdad de
oportunidades
El ejemplo más claro lo podemos encontraren la perversión del debate educativo
mediante el tratamiento superficial y demagógico deasuntos como la enseñanza de la religión o la
polémica absurda en relación con los contenidos de la educación para la
ciudadanía. Como profesional de la educación me resulta difícil entender como nuestros
abnegados políticos no han sido capaces de acordar una integración en el
currículo de dos saberes o ámbitos de conocimiento imprescindibles en una
enseñanza obligatoria para todos los jóvenes: la enseñanza de la historia de
las religiones como un aspecto importante relacionado con el resto de
manifestaciones económicas, sociales y culturales de nuestra historia; y la
formación en el conocimiento, respeto y valoración crítica de nuestra
Constitución y legislación existente sobre las diferentes dimensiones
de nuestra convivencia social: es la única manera de formar a ciudadanos capaces de defenderlas, mejorarlas o
cambiarlas a través de la legalidad, el diálogo, el consenso y el respeto a las
minorías. Dejemos la fe religiosa o la opción política en el ámbito de la
libertad individual.
En segundo lugar, desde mi experiencia
docente -dentro del aula- tengo la convicción de que el problema no ha sido la falta de recursos
(ni humanos, ni materiales) sino la mala gestión y despilfarro de los mismos debido
en gran parte a la falta de un consenso mínimo a nivel estatal y social sobre
los objetivos de la enseñanza pública.
En este caso, creo que hay dos asignaturas pendientes. La primera es la
relativa a lafalta de criterios básicos
en la formación, capacitación, actualización y cualificación del profesorado,
sistemas y requerimientos de acceso a la función docente, y mecanismos de control de calidad educativa
de unamanera objetiva que permita una aproximación sucesiva a un modelo ágil,
flexible y capaz de adaptarse a las necesidades y cambios de los nuevos
tiempos. La segunda es la falta de diálogo y coordinación entre los diferentes
niveles educativos y modalidades(infantil, primaria, secundaria, universitaria, profesional, de adultos,
educación permanente…) creando nuevos feudos (que se superponen a los
autonómicos) que diluyen cualquier intento de proyecto educativo integral
coherente.
Por último, fruto de la inexistencia de ese proyecto
educativo consensuado social y políticamente, hemos asistido a una permanente
confusión entre medios y fines. Es el caso de la introducción en el aula, a
menudo con improvisación, desorientación y falta decriterios, delos recursos audiovisuales en los ochenta y noventa, de las denominadas
nuevas tecnologías en el cambio del milenio o ahora del necesario bilingüismo. Estas
competencias digitales y lingüísticas son indispensables en el siglo XXI. No quiero decir que no hayan y estén aportando
avances y mejoras al llevarse a las aulas, pero casi siempre con problemas
derivados de la errática y caótica forma de aplicarse, con una eficacia muy
alejada de lo deseable y, en ocasiones, a costa de sacrificar otros objetivos
educativos importantes en lugar de reforzarlos.
Centrémonos en la pretensión de avanzar en el bilingüismo
enel que nos hayamos inmersos. Es
irrefutable que el aprendizaje y dominio de idiomas diversos (inglés, alemán,
francés, chino…y castellano o español)es una competencia esencial y necesariaen un mundo globalizado. Por múltiples motivos. Para disfrutar de la
creación artística (literaria, cinematográfica…) en versión y espíritu original,
para acceder directamente a las vanguardias e investigaciones científicas, para
multiplicar las posibilidades de comunicación y acceso al conocimiento (sigue el enlace para ver lo que pasa por no saber inglés).
Pero hay que evitar daños colaterales y no
confundir herramientas y finalidades. La clave está en que cualquier propuesta
de bilingüismo o multilingüismo para tener éxitorequiere insertarse en un
proyecto coherente e integral consensuado,en ladisponibilidad de más tiempo y recursos, de la racionalización de métodos para conseguir aprendizajes
eficaces y enla reflexión sobre la
diversidad de objetivos esencialesque la
educación secundaria obligatoria debe ofrecer como servicio público. Esto es
necesario para evitarabsurdas contradicciones, garantizar la mencionada
igualdad de oportunidades y cubrir los retos y expectativas en el amplio
espectro que va desde los desfavorecidos como de los más capaces. Aquí radica,
sin duda, parte de la complejidad de un servicio social tan esencial como es el
educativo
Como profesor de Historia y Geografía, materias
tradicionalmente relacionadas con las Humanidades pese a su ambiciosa inserción
en el ámbito de las Ciencias Sociales, creo en el transconocimiento (que ponga
fin al obsoleto debate de ¿Ciencias o Letras?) y en la transversalidad; en los proyectos educativos interdisciplinares
y flexibles; en la mágica conjunción entre los saberes y métodos tradicionales y
las innovadoras metodologías que hagan viable la formación presencial reforzada
mediante la formación en línea. Es necesario que la cultura libresca
tradicional, oral y escrita, sea fecundada por las posibilidades que ofrecen
las competencias digitales y que las
estrategias expositivas multimedia, potencien
la imaginación e indagación creadora, Así
la clase magistral renovada debe convivir con actividades basadas en el constructivismo y la
interrelación de saberes y el trabajo coordinado de los docentes permitir un mejor conocimiento de la
realidad, y una distinción eficaz entre
hechos, ideas, creencias y verdades….
Pero sospecho que esto no preocupa ni a ministros ni a
consejeros de educación, ni a sus
valedores y asesores. Prescinden de los profesionales con experiencia real y
recurren a los tecnócratas burocratizados de la eterna España oficial.Renuncian a considerar los matices que
conceden calidad a las reformas ycontribuyen a abandonar la demagogia superficial mediante al análisis
racional y el sentido común que implica elconsenso de contenidos, valores y principios y estrategias.
Así,
de este modo,proponen modelos bilingües
en los que los contenidos de un área llamada
Ciencias Socialesse impartirán obligatoriamente
en inglés a los alumnos teóricamente más aventajados en inglés (¿serán también los más capaces y competentes en general?). De
este modo los contenidos relacionados con la Historia de España (esto ya lo
intuía el anterior Jefe de Estado), nuestra geografía y economía e incluso los
escasos contenidos que se conceden a conocer nuestra ley de leyes y legislación
vigente será en el idioma anglosajón. Ignoro si es un contrasentido más de
ignorantes snobs o una maquiavélica decisión decidida desde los profundos
resortes de los poderes fácticos para alienar a los alevines de nuestra
sociedad (“lejos de nosotros la peligrosa
novedad de discurrir, que ha minado por largo tiempo, reventando al fin con los
efectos, que nadie puede negar, de viciar costumbres, con total trastorno de
imperios y religión” escribieron los profesores de la Universidad de
Cervera a su admirado monarca Fernando VII a comienzos del siglo XIX) y
convertirles, tal vez, en maleducados bilingües. Los mismos que se apuntan con
fervora esta nueva Babilonia, hablan de
españolizar Cataluña y dicen defender el derecho de los castellano parlantes, menosprecian
nuestro verdadero legado cultural (¿histórico complejo de inferioridad? ¿Pragmatismo
que se rinde a la superioridad
anglosajona?) y sólo lo defiendeninvocando patrias y banderas de conveniencia.
Aprendamos idiomas sin
restar o dificultar otros aprendizajes, sin más daños colaterales. Sólo nos
respetarán si somos capaces de respetarnos a nosotros mismos. Imaginemos por un
momento centros públicos ingleses, franceses o alemanes explicando su historia,
cultura y geografía en español. Creemos ciudadanos políglotas sin sacrificar
nuestra filiación, nuestra cultura y el sentido común. Seguro que los expertos
conocen métodos de aprendizaje eficaces, seguramente con inmersiones y más
tiempo dedicado a estudiar idiomas. Pero
hemos de defender nuestra lengua materna que se deteriora y empobrece por
múltiples factores. Siestudiamos las
Ciencias Sociales y las Ciencias Naturales reemplazando el castellano por el
inglés. “Desvestir un santo para vestir
otro” dice la sabiduría popular. Ambos santos son necesarios: busquemos más
tiempo para cada uno. Una Historia del Mundo Contemporáneo en varios idiomas
sería maravillosa: leer la declaración de independencia de Estados Unidos en
inglés, estudiar la revolución francesa y época napoleónicacon el idioma de Un asunto tenebrosode
Balzac, la revolución industrial con Charles Dickens, los discursos de Bismarck
en alemán (Blut und Eisen), las proclamas
de Garibaldi a sus camisas rojas en italiano…o las guerras del opio en el chino de la
dinastía Manchú. Pero sólo es posible cuando las circunstancias de la enseñanza
secundaria obligatoria posibiliten bachilleratos más cualificados.
"El español es hoy por hoy una fuente de riqueza
indiscutible cuyo valor tiene su origen en tres factores determinantes. Su
potente demografía: es la cuarta lengua más hablada del mundo por detrás tan
solo del chino, el inglés y el hindi, y la cifra de hispanohablantes en el
mundo se situará en breve en la barrera de los 500 millones; su
apreciada funcionalidad: como lengua de comunicación internacional el español
ocupa ya un lugar determinante en el escenario internacional al tiempo que abre
las puertas del futuro profesional de todos aquellos que la estudian; y su
reconocido prestigio cultural: el español es el vehículo idóneo para acceder al
rico patrimonio cultural de España e Hispanoamérica; la lengua, en nuestro caso
la española, es la puerta de acceso a la producción cultural que se genera en
todos los países de habla hispana en cualquiera de sus expresiones: literaria,
artística, cinematográfica…"
El valor de la lengua, Cesar Antonio Molina,
director del Instituto Cervantes
Nuestros alumnos es lo mejor que tenemos y a ellos nos
debemos. Mayoritariamente son extraordinariamente maleables, agradablesy receptivos en su diversidad de perfiles, misteriosa
complejidad adolescente y multiplicidad de procedencias. Y para afrontar los problemas nos hace falta mucha paciencia, psicología, flexibilidad, comprensión y cualificación. Porque la responsabilidad de
que entiendan el valor de la educación es
nuestra:
“La educación
es un privilegio que no puede dejarse en manos de los burócratas, de los
amantes de las estadísticas y del currículo, de quienes desprecian a los
profesores y limitan su autoridad ante los alumnos, los padres y la sociedad en
general. En los tiempos en que vivimos, rodeados de ordenadores y tecnología
moderna, la información puede adquirirse sin demasiada dificultad. La educación
necesita mucho más, aunque en España todavía no nos hayamos enterado”