lunes, 28 de febrero de 2011

Y el cine marcha


Y el cine marcha.Una historia del cine al servicio de los derechos humanos es un documental dirigido por Manuel Huerga en 2008 para conmemorar el sesenta aniversario de la Declaración de Derechos Humanos de 1948. Utiliza secuencias de más de ochenta películas (en verisón original subtitulada)  para mostrar como el cine ha representado la lucha por los derechos humanos.

Página web de Y el cine marcha (Manuel Huerga, 2008)
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Festival de Cine y Derechos Humanos de Donostia-San Sebastián.



La  página web del Festival de Cine y Derechos Humanos ofrece información sobre las ediciones anteriores y una completa base de datos de películas. Puede servir para sacar ideas y descubrir materiales para el aula. La próxima edición será entre el 8 y el 15 de abril.

domingo, 13 de febrero de 2011

Alfombras rojas





El cine crea realidades y ficciones, amplia el universo. Las películas, como los libros, sirven para reflejar y comprender el mundo, para expresar y comunicar  ideas, sentimientos, emociones. El cine aún sigue conservando esta imprescindible función social pese a la mercantilización y el divismo que, por otra parte, le acompaña desde sus orígenes.
Las galas con premios, alfombras y vestidos de diseño son un triste exhibicionismo de ridículas vanidades que aprovechan el resplandor de estrelladas famas. Sin duda, es necesario reconocer el  trabajo bien hecho, celebrar la creatividad de muchos cineastas –el cine es el proyecto desarrollado por un equipo, la expresión artística de una idea compartida- ensalzar los méritos de los hacedores de relatos y ficciones que nos hacen sentir y pensar la vida, que nos hacen más humanos. Pero no se puede poner precio a todo y menos a la cultura.  Hay infinidad de maneras de reconocimiento y admiración sin necesidad de caer en la superficialidad y mediocridad de los montajes mediáticos de  esas patéticas galas que cada año se organizan como si de un culto divino se tratase. Lugares comunes de lágrimas, besos y abrazos, declaraciones para tranquilizar conciencias, ambiciones y deseos, buenas y epidérmicas intenciones solidarias y agradecimientos seguramente tan sentidos como efímeros.
Como amante del cine, me desagrada este espectáculo y me produce la misma desilusión que el descubrimiento infantil del engaño paterno sobre roedores filántropos o reyes  dadivosos. La misma que la decepción de  escuchar al artista que fuera de su arte no tiene nada que decir, que desprovisto de su personaje se torna mediocre. Especialmente dolorosa es la traición perpetrada por  muchos actores y actrices a los personajes por ellos creados que quedan tristes, desposeídos de su esencial encarnadura,  abandonados y perplejos mientras contemplan el espectáculo. "Vanidad de vanidades" pensarán.
Fernando Fernán Gómez, el gran triunfador con su entrañable Viaje a ninguna parte de los premios que concede la Academia del cine en España   hace ya veinticinco años, ni acudió entonces a la ceremonia ni la vio por televisión. Dijo que estos premios no eran buenos para la salud, que le excitaban demasiado, Tal vez, lo mismo hubiera sentido Carlos Galván,  el cómico protagonista de su libro y película. Ni a nuestros dos últimos  expresidentes de gobierno les hace falta ningún subsidio estatal - puesto que cobran millonarios sueldos de otros patronos energéticos- ni a nuestro admirado cine  alfombras rojas.

"Esto del cine es una mierda. No tiene nada que ver con el teatro"

Carlos Galván en El viaje a ninguna parte de Fernando Fernán Gómez

Para disfrutar:

El viaje a ninguna parte (novela)


El viaje a ninguna parte (estudio sobre la película)

sábado, 12 de febrero de 2011

El esposo soldado

Joan Manuel Serrat, Miguel Hernández y Manuel Gutiérrez Aragón unen la música y la palabra con  imágenes de la guerra civil española  para hablarnos del amor y de la muerte. Mensaje y lectura: que no haga falta matar para seguir viviendo, que dure la paz forjada para nuestros hijos, que quedemos gastados por los besos...

Los cortos de Joan Manuel Serrat: El esposo soldado


Interpretación de Jon Juanma


He poblado tu vientre de amor y sementera,...
he prolongado el eco de sangre a que respondo
y espero sobre el surco como el arado espera:
he llegado hasta el fondo.
.
Morena de altas torres, alta luz y ojos altos,
esposa de, mi piel, gran trago de mi vida,
tus pechos locos crecen hacia mi dando saltos
de cierva concebida.
.
Ya me parece que eres un cristal delicado,
temo que te me rompas al más leve tropiezo,
y a reforzar tus venas con mi piel de soldado
fuera como el cerezo.
.
Espejo de mi carne, sustento de mis alas,
te doy vida en la muerte que me dan y no tomo.
Mujer, mujer, te quiero cercado por las balas,
ansiado por el plomo.
.
Sobre los ataúdes feroces en acecho,
sobre los mismos muertos sin remedio y sin fosa
te quiero, y te quisiera besar con todo el pecho
hasta en el polvo, esposa.
.
Cuando junto a los campos de combate te piensa
mi frente que no enfría ni aplaca tu figura,
te acercas hacia mi como una boca inmensa
de hambrienta dentadura.
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Escríbeme a la lucha siénteme en la trinchera:
aquí con el fusil tu nombre evoco y fijo.
y defiendo tu vientre de pobre que me espera,
y defiendo tu hijo.
.
Nacerá nuestro hijo con el puño cerrado,
envuelto en un clamor de victoria y guitarras,
y dejaré a tu puerta mi vida de soldado
sin colmillos ni garras. ,
.
Es preciso matar para seguir viviendo.
Un día iré a la sombra de tu pelo lejano.
Y dormiré en la sábana de almidón y de estruendo
cosida por tu mano.
.
Tus piernas implacables al parto van derechas,
y tu implacable boca de labios indomables,
y ante mi soledad de explosiones y brechas,
recorres un camino de besos implacables.
.
Para el hijo será la paz que estoy forjando.
Y al fin en un océano de irremediables huesos
tu corazón y el mío naufragarán, quedando
una mujer y un hombre gastados por los besos.

viernes, 11 de febrero de 2011

Los amigos de Mubarak




Dicen que las revoluciones democráticas se extienden por el mundo árabe. Caen  dictadores y obligados por revolucionarias protestas populares, abandonan sus países camino del destierro. A dónde vayan llevarán a buen seguro  sus fortunas y no les faltarán amigos. Sin tener aún la distancia suficiente para entender la naturaleza y significado de unos acontecimientos aún en fase de gestación, estas -aceptemos el término- revoluciones incorporan interesantes interrogantes y novedades en su aparición y desarrollo (¿primera revolución de blogueros?, ¿Una nueva generación de jóvenes desislamizados? ¿Exixten grupos o conspiradores interesados tras la apariencia de espontaneidad?) que el tiempo irá desentrañando. No obstante, hagamos una primera consideración.

En el caso de Mubarak, en sus tres décadas de poder, más que un déspota, da la impresión de haber sido un respetable y admirado Jefe de Estado perfectamente reconocido por unos y otros. Repaso sus fotos: aparece junto a todos los presidentes, jefes de estado y líderes con los que convivió desde 1981: Ronald Reagan, los Bush (padre e hijo, presiento que casi con el Espíritu Santo), Clinton y Obama de los Estados Unidos de América; Giscard, Miterrand,  Chirac y Sarkozy de la República  Francesa; de Thatcher a Blair primeros ministros británicos de la reina Isabel ; Aznar –para Mubarak, un hermano- y Rodríguez,  presidentes de la democracia española, además de su majestad el rey Juan Carlos; Merkel canciller alemana, el sudafricano  Mandela,  Putin, Berlusconi… Y muchos más. Están todos. Pensemos en cualquier líder político internacional, busquemos una fotografía de ambos y ¡zas! casi seguro que aparecen alegres y cordiales. Muchos  abrazan y sonríen con cariño al ahora presidente defenestrada y exiliado. ten amigos para esto. O no era  tan dictador como ahora dicen todos los estadistas de las democracias occidentales o vivimos en un mundo de hipócritas sin rubor ni dignidad, de abrazafarolas como decía aquél periodista deportivo que creó escuela. Son los vientos de la historia , los que llevan del  abrazo al rechazo, de la condena  a  pérfidos dictadores, al aplauso a entrañables aliados o viceversa. Nada nuevo bajo el sol.
Junto al clamor popular de los egipcios por la retirada del poder del “faraón empecinado”, dicen que respira la comunidad internacional, Suiza congela los fondos del tirano -una reacción, sin duda, algo más contundente y oportuna que la que tomó en el caso del expolio nazi- y nuestros mandatarios se alegran de la revolución pacífica y de la transición hacia la democracia. Mubarak y su partido han pertenecido a la
Internacional Socialista –en la que se encuentra, entre otros el PSOE-  hasta que la revuelta popular ha motivado su expulsión, justificada por “el  dramático fracaso del Gobierno egipcio de responder a su pueblo”. A buenas horas, una reacción tan ágil como la del  Vaticano rehabilitando a Galileo, Exactamente en el momento oportuno, ni un minuto antes ni uno después.

Un día histórico y de alegría que también celebra la Eurocámara, nuestro efizaz parlamento comunitario ¿Cuántos líderes demócratas  aconsejaron o presionaron a Hosni para que democratizara Egipto? ¿O es que a los egipcios no les hacia falta democracia alguna hasta ahora? ¿Por qué los benefactores aliados no  han ayudado  a  los egipcios del mismo modo que lo hicieron con los  iraquíes librándoles del sátrapa  Sadam? Porque era su estratégico amigo y aliado en el mundo árabe. Me viene a la memoria las palabras  que se atribuyen al presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt  refiriéndose al dictador nicaragüense Anastasio Somoza: " Puede que sea un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta"

Celebraremos la ilusión esperanzada de los egipcios por encima de la miseria de los poderosos que conciben el poder como arte de manipulación y engaño oportunista, como fin en sí mismo, sin ética, sin principios, por los intereses creados. Y esperemos que lo que ocurra en Túnez y Egipto no sea ni Teherán 1979 ni  Berlín en 1989, sino Túnez y El Cairo 2010: lo que tunecinos y egipcios quieran libre y pacíficamente, en democracia. Esa democracia que, como  dicen que dijo  Winston Churchill, “es el peor de todos los sistemas políticos, con excepción de todos los sistemas políticos restantes."















Miremos y observemos las fotos, y luego intentemos contextualizar estas palabras de Vargas LLosa.

"El movimiento popular que ha sacudido a países como Túnez, Egipto, Yemen y cuyas réplicas han llegado hasta Argelia, Marruecos y Jordania es el más rotundo desmentido a quienes, como Thomas Carlyle, creen que "la historia del mundo es la biografía de los grandes hombres". Ningún caudillo, grupo o partido político puede atribuirse ese sísmico levantamiento social que ha decapitado ya la satrapía tunecina de Ben Ali y la egipcia de Hosni Mubarak, tiene al borde del desplome a la yemenita de Ali Abdalá Saleh y provoca escalofríos en los gobiernos de los países donde la onda convulsiva ha llegado más débilmente como en Siria, Jordania, Argelia, Marruecos y Arabia Saudí (...) Los países donde ello ha ocurrido padecían dictaduras de decenas de años, corruptas hasta el tuétano, cuyos gobernantes, parientes cercanos y clientelas oligárquicas habían acumulado inmensas fortunas, bien seguras en el extranjero, mientras la pobreza y el desempleo, así como la falta de educación y salud, mantenían a enormes sectores de la población en niveles de mera subsistencia y a veces en la hambruna. La corrupción generalizada y un sistema de favoritismo y privilegio cerraban a la mayoría de la población todos los canales de ascenso económico y social".

Podemos seguir buscando fotos y más fotos en las que líderes de países democráticos comparten alegrías y más cosas con sus colegas oligarcas corruptos. Y me pregunto si no pasará como en el final de la fábula de Orwell, Rebelión en la granja:

"Doce voces gritaban enfurecidas, y eran todas iguales. No había duda de la
transformación ocurrida en las caras de los cerdos. Los animales asombrados, pasaron su mirada
del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo; y, nuevamente, del cerdo al hombre; pero ya era
imposible distinguir quién era uno y quién era otro".


En las  democracia occidentales también necesitamos ciudadanos concienciados, activos, con capacidad de movilizarse y exigentes  con sus gobernantes. Para no morir de éxito, de complacencia y opulencia, para no caer en la indiferencia egoista, para, al menos, no dejarse engañar. Nuestros hijos los agradecerán, nosotros a lo mejor también.